Los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento comprenden la Palabra inspirada de Dios y no tienen error en los escritos originales. La Biblia es la revelación escrita completa de Dios para la salvación del hombre y es la autoridad final con respecto a la vida y la fe cristiana.

  • Hay un Dios eterno no creado, que existe eternamente en tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Deut. 6: 4; Es un. 43:10; Juan 1: 1; Hechos 5: 4; Eph. 4: 6) Estos tres no son solo uno en propósito, sino que también son uno en esencia.
  • Jesucristo es Dios manifestado en la carne (1 Tim. 3: 16), nació de una virgen (Mate. 1: 23), llevó una vida sin pecado (Heb. 4: 15), expió el pecado por su muerte en la cruz (ROM. 5: 10-11; 1 Cor. 15: 3; 1 mascota 2:24) y se levantó nuevamente al tercer día (1 Cor. 15: 1-3) Debido a que Él vive, solo Él es nuestro Sumo Sacerdote y abogado (Heb. 7: 28).
  • El ministerio del Espíritu Santo es glorificar al Señor Jesucristo. El Espíritu Santo convence de pecado, regenera, habita, guía e instruye, además de capacitar al creyente para la vida y el servicio piadoso (Hechos 13: 2; ROM. 8:16; 1 Cor.2: 10; 3:16; 2 P. 1:20, 21) El Espíritu Santo nunca contradirá lo que Dios el Padre ya ha revelado.
  • Toda la humanidad es pecadora por naturaleza (Romanos 3:23; Eph. 2: 1-3; 1 Juan 1: 8,10) Esta condición hace que sea imposible ganarse su exaltación a través de buenas obras. Sin embargo, las buenas obras son un subproducto de la fe salvadora, no un requisito previo para ser salvado (Efesios 2: 8-10; Santiago 2: 14-20).
  • La humanidad se salva por gracia solo a través de la fe en Jesucristo (Juan 6:47; Gálatas 2:16; Eph. 2: 8-9; Tito 3: 5) Los creyentes son justificados por su sangre derramada y serán salvados de la ira a través de Él (Juan 3:36; 1 juan 1: 9).
  • La Iglesia de Cristo no es una organización, sino más bien un cuerpo de creyentes que han reconocido su estado perdido y han depositado su confianza en la obra redentora de Cristo para su salvación (Ef. 2: 19-22).
  • Jesucristo volverá otra vez por los suyos (Tes 1. 4: 16) Todos los verdaderos creyentes reinarán con Él por toda la eternidad (2 Tim. 2: 12) Él será nuestro Dios, nosotros seremos su pueblo (2 Cor. 6: 16).
  • Habrá una resurrección corporal tanto de los justos como de los injustos; el justo para la vida eterna, el injusto para la condenación eternaJuan 5: 25-29; 1 Cor. 15:42; Apocalipsis 20: 11-15).